Cuando ves con detenimiento Narcos: México 3, uno se queda con la impresión de que todo lo que se narra en la serie es cierto, como si se estuviera viendo un documental completamente apegado a la realidad histórica, sin ningún tipo de ficción en su contenido.

En el inicio de esta temporada, se puede ver a Amado Carrillo Fuentes, El Señor de los Cielos, líder del cártel de Juárez, volando una avioneta completamente llena con un cargamento de cocaína. En las escenas, la avioneta está a punto de desplomarse, pero Amado Carrillo logra un aterrizaje de emergencia en medio del desierto y a ese lugar llegan casi de inmediato varios miembros del cártel, quienes lo ayudan a trasladar todos los paquetes de cocaína a tres camionetas.

A lo lejos, se ve un operativo de jeeps y camionetas del Ejército, encabezado por el General José Gutiérrez Rebollo, quien supuestamente persigue y finalmente detiene al líder del cártel de Juárez.

¿Qué tan cierto es lo que nos muestra una de las series más taquilleras de nuestra época?

Al revisar qué fue lo que sucedió verdaderamente durante el arresto, descubrimos que quien lo capturó fue el Ejército en un retén militar, manteniéndolo detenido en el Campo Militar 1 en Naucalpan, Estado de México, luego de que intentara sobornar a los soldados. Además, Amado Carrillo Fuentes fue arrestado cuando era lugarteniente de Rafael Aguilar Guajardo, uno de los fundadores del cártel de Juárez, dato interesante, pues en la serie pareciera que El Señor de los Cielos ya era el líder del cártel.

De hecho, fue el General Antonio Riviello Bazán, secretario de la Defensa Nacional de Carlos Salinas de Gortari, quien tuvo bajo resguardo a Carrillo Fuentes y, aparentemente luego de torturarlo por varias horas, le llamó a Javier Coello Trejo, entonces Subprocurador encargado del combate al tráfico de drogas, para decirle que el Ejército había detenido al capo y para pedirle que fuera a recogerlo al Campo Militar 1 para que se lo llevara y lo procesara ante la justicia.

La información que se encuentra en medios señala que los soldados habrían torturado tanto a Amado Carrillo Fuentes que no podía respirar bien, razón por la que el Subprocurador Coello Trejo decidió trasladarlo a los separos de la Procuraduría General de la República, donde ordenó que se adaptara una celda como unidad de terapia intensiva para salvarle la vida.

Una vez que Amado Carrillo se recuperó, fue procesado ante la justicia y, aunque fue sentenciado a varios años de prisión, sólo pasó un año en la cárcel por acopio de armas (posesión ilegal de una cantidad exagerada de armas) y no por tráfico de drogas.