Uno de los personajes más llamativos de la tercera temporada de Narcos: México es Kitty Páez, un narcojunior del Cártel de Tijuana interpretado por Bad Bunny. A lo largo de la temporada, vemos a Kitty trabajando prácticamente como la mano derecha de Ramón Arellano Félix.

Pero, ¿quién era en realidad Kitty Páez?

Everardo Arturo “Kitty” Páez pertenecía a una de las familias más adineradas de México y, como muchos jóvenes de su círculo social, estudiaba en un colegio privado. Tal como lo muestra la serie, Kitty Páez sí estuvo bajo el mando de Ramón Arellano Félix. El Cártel de Tijuana buscaba que jóvenes con dinero transportaran cocaína de México hacia Estados Unidos sin levantar sospechas, a los que popularmente se les conoce como narcojuniors. Kitty era el encargado de reclutarlos para que trabajaran bajo las órdenes del Cártel de Tijuana.

Un artículo del 2002, publicado en el diario Crónica, señala que Kitty Páez era muy poderoso dentro del cártel. Kitty era parte del “Consejo de Jefes”, el supremo tribunal del Cártel de Tijuana en el que juzgaban y sentenciaban a amigos y enemigos y negociaban los asuntos del cártel. Se dice que Kitty tenía el poder de decidir a quién matar y a quién perdonarle la vida.

Contrario a lo que cuenta la serie, Kitty Páez no murió en un enfrentamiento entre el Cártel de Tijuana y las autoridades. Debido a su poder dentro del cártel y el mundo del narcotráfico, Kitty se convirtió en un blanco para la DEA y fue capturado en un operativo conjunto con la PGR en 1997. Tras ser arrestado, fue interrogado para obtener información de los Arellano Félix y, en consecuencia, el propio Cártel de Tijuana asesinó al resto de los narcojuniors de la época para evitar que declaran en contra de los Arellano Félix.

El gobierno de Estados Unidos trató de extraditar a Kitty, pero se amparó y logró que las autoridades mexicanas fallaran a su favor, evitando ser ir a juicio fuera de México. No obstante, el gobierno estadounidense solicitó una vez más la extradición de Kitty Páez, esta vez por delitos contra la salud, y en mayo de 2001 fue extraditado a Estados Unidos donde lo sentenciaron a 30 años de cárcel por delitos de narcotráfico y lavado de dinero. Después de esto, Kitty Páez se convirtió en testigo protegido del FBI. Los medios mexicanos han señalado a Kitty como la pieza clave que ayudó a detener a Joaquín El Chapo Guzmán y a Benjamín Arellano Félix.

Así que nuevamente la historia presentada por Narcos: México está muy alejada de la realidad.